Edwin Francisco Herrera Paz
El Pastor Roberto Marroquín fue uno de esos hombres que marcan una generación. Un día el doctor Elvin Perdomo, famoso por su hiperactividad, nos dijo (a mi esposa y a mí) que absolutamente nadie lo había hecho sentarse a escuchar un mensaje por una hora, excepto el Pastor Roberto. Y es que el Pastor era el tipo de hombre que irradiaba y transmitía la comunión con Dios. “Solo soy un mesero de mi Dios,” solía decir.
Hoy en la iglesia el Pastor Granados, mientras conducía el culto, manifestó con nostalgia su deseo de haberle dicho al Pastor Roberto lo bien que predicó aquel último domingo. Yo me dije en mis adentros: “¡Pero yo sí se lo dije!” Por alguna razón yo, que soy bastante lacónico y frío en esas cosas de demostrar afecto, me sentí impelido a acercarme a él y decírselo. Conociendo que las palabras de apoyo eran lo que más le agradaba le dije: “Tremendo culto Pastor. Se sintió la presencia de Dios.” El siguiente día por la tarde el Pastor Roberto era asesinado frente al portón de su casa por un joven sicario mandado por quien sabe quién con quien sabe qué movil.
El Pastor Roberto en vida me concedió el honor de administrar su blog y editar sus posts. Ahora, a más de cinco meses de su partida y para honrar su nombre publico en el mío una de sus entradas. ¡Definitivamente el Pastor Roberto era un hombre que sabía sacar el oro que hay dentro de la gente!
¡HAY ORO DENTRO DE TI!
Por: Pastor Roberto Marroquín
Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones.
Era una mañana maravillosa de octubre del año 2004. Mientras disfrutaba de buen libro y un delicioso capuchino en la sala de espera del aeropuerto internacional de Miami, una serie de pensamientos y sentimientos de gratitud hacia DIOS invadían todo mi ser al recordar sus bondades y misericordias inmerecidas hacia mi vida. De pronto el anuncio de la salida del vuelo 734 de Amercian Airlines por la puerta 9-F hacia la ciudad Washington D.C. me sobresaltó, pues era mi conexión.
Me dirigía a la convención mundial de abogados cristianos sin imaginar la sorpresa que MI DIOS me tenía preparada. A mí llegada al hotel procedí a registrarme y solicitar la llave de mi habitación, cuando uno de los empleados con tono amigable e interrogativo se dirigió hacia mí y me dijo: ¿señor Marroquín? –Si- le conteste. Agregó: “En el lobby lo esperan algunos amigos suyos. Tienen algo que compartir con usted.”
Muy emocionado y con una gran sonrisa en mis labios me dirigí al encuentro de seres tan queridos y admirados. Son líderes, colegas y hermanos de diferentes naciones de nuestra Latinoamérica que trabajan arduamente por la justicia, la igualdad y los derechos humanos en sus países.
Después de abrazos y saludos afectuosos me dijeron: “en la agenda de esta convención han asignado un espacio por las noches para cada continente. Quieren que se brinde una conferencia de tema libre por delegación y nosotros por unanimidad hemos decidido que vos representés Latinoamérica y hablés la noche del jueves.” Mi llegada fue un miércoles a las 6:00 p.m.
Entre nervios, ansiedad y emoción subí corriendo a mi habitación, tire mi maleta a un lado y caí sobre mis rodillas y oré a mi DIOS: “SENOR, ¿YA VISTES DONDE QUIEREN QUE HABLE MAÑANA?” ……. El señor me contesto: “SI, PERO NO TE PREOCUPES QUE PARA ESO TE TRAJE. PARA ESO TE PAGUÉ EL PASAJE. PARA ESO NACISTES. SOLO ENTREGALES EL ORO QUE TIENES DENTRO.”
Jamás olvidare ese día jueves del 2004. El auditorio estaba repleto de personas. Ochocientos treinta abogados de todo el mundo estaban allí; intelectuales, eruditos, escritores, gente de gobierno, todos con sus ojos puestos sobre mí al momento de subir al estrado. Tome la bandera de Honduras y dije: “SOY ROBERTO MARROQUIN. VENGO DE HONDURAS, ÚNICO PAIS 5 ESTRELLAS, Y ESTOY AQUÍ PARA DECIRLES QUE NO IMPORTA EL PAIS DE DONDE VIENEN, NI SU CONDICION SOCIAL, NI APELLIDO. EN TODOS DIOS A DEPOSITADO MUCHO ORO PARA BENDECIR AL MUNDO.”
Fueron los 30 minutos más rápidos que han transcurrido en mi vida. Creo que hablé mil palabras por minuto, pero cuando bajé del estrado y me senté en mi silla, vi alrededor; muchos estaban de pie aplaudiendo.
Lagrimas corrían por las mejillas de la gente. Mis amigos no paraban de abrazarme, y el salón se lleno de un ambiente tan sublime que estoy seguro era la presencia de MI DIOS. Entonces me di cuenta de que saqué el oro de mi interior y lo regué entre ellos.
Esa noche mientras iba por el ascensor a mi habitación, africanos, asiáticos, europeos me saludan emocionados y en sus lenguas decían: HAY ORO EN NOSOTROS. LO SACAREMOS PARA BENDECIR AL MUNDO, GRACIAS A TI.
El último saludo que recuerdo fue el de SAM ERICCSON (presidente de ADVOCATES INTERNATIONAL) que me dijo: “ROBERTO: TE RECORDARÉ SIEMPRE COMO EL PASTOR Y ABOGADO QUE SACA EL ORO DE LA GENTE”.
Eso es. Creo que todos nosotros venimos a este mundo llenos de talentos, dones, habilidades y sueños; que no importa donde nacimos, ni nuestro apellido ni posición social, que a todos DIOS nos dio recursos para brillar en esta vida. No te vayas a la tumba sin bendecir al mundo con el oro que hay dentro de ti.
RECUERDA: ALGUIEN EN ESTE MUNDO NECESITA SER BENDECIDO CON EL BRILLO QUE TU TIENES DENTRO, ESPARCE TU RIQUEZA Y ¡BRILLA!
Excelente! Defitivamente nuestro Pastor Roberto fué una persona que como Jesús, sabía hacer sentir a cada uno de los que caminamos con él, una persona especial. Gracias a que Dios lo puso en nuestro camino, muchos pudimos descubrir el verdadero sentido de la vida. Él si sabía sacar el oro que tenemos dentro, ahora es el tiempo de darlo a la gente.
ResponderEliminarno se cuantas veces escuche del Pastor Roberto esta fabulosa historia de su vida, y mi corazon se estremecia por la gracia, el favor de Dios q estaba sobre la vida de El, ademas de la sabiduria que le habia dado, hoy la leo de nuevo y vuelvo a sentir lo mismo y agradezco a Dios por haberme dado la oportunidad de conocer un hombre de esa altura. Gracia Dr. Edwin por hacernos recordar al hombre de sacaba el oro que estaba dentro de nosotros. Gracias.
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