Sucesos, Vida de Fe y Cristianismo en Honduras

lunes, 21 de septiembre de 2009


De ADNs, Lenguajes y Tataras

Edwin Francisco Herrera Paz
Hace unos días conversaba con mi hija de 11 años a quien le dejaron una tarea en su escuela que consistía en elaborar su propio árbol genealógico hasta 3 generaciones de ancestros. La niña me preguntaba por la procedencia y el nombre de mis padres y mis abuelos. De pronto le pregunte a mi hija: “¿sabes cuantos tatarabuelos tuviste?” Después de pensarlo un momento me respondió, “16 tatarabuelos”. ¿Y tataratatarabuelos?-le pregunté-. Treinta y dos –me dijo-.

Es claro que el número de ancestros se duplica en cada generación hacia atrás. Y ahora que usted ya sabe esto dígame: ¿Cuántos tataratataratataratatarabuelos tuvo usted? Mire, no se enrede. Usted ya sabe que el primer tatara implica 16 ancestros y lo único que tiene que hacer es duplicar la cifra por cada tatara adicional. Por lo tanto la respuesta a la pregunta anterior (no quiero escribir de nuevo ese enredijo de tataras) es 128, y estamos hablando de 7 generaciones atrás.

Ahora haga el ejercicio (sin ver la respuesta más adelante) de calcular el número de ancestros suyos, aaah, veamos, 20 generaciones atrás. No es tan difícil. Lo único que tiene que hacer es calcular 2 elevado a la 20. ¡Vamos! no me diga que no puede hacer un cálculo tan sencillo. Si usted está leyendo esto en su computadora, sepa que no le pusieron Excel de adorno. Desempólvelo y utilícelo. Solo tiene que buscar la función cuadrado, alimentarla con los parámetros indicados y ¡listo! Pero si usted no puede utilizar la computadora como un experimentado y veterano usuario de 10 años de edad, puede usar una calculadora. ¿Ya lo sacó? Buen trabajo. La respuesta es un millón cuarenta y ocho mil quinientos setenta y seis ancestros.

¿Y 35 generaciones atrás? Le prometo que esta es la última. No, no es embotarle el cerebro a usted que quiero. Un amigo mío por ejemplo, se quedó loco de intentar hacer unos cálculos. Juraba que había encontrado las ecuaciones finales para la gran teoría unificada y días después lo internaron en el hospital psiquiátrico completamente fuera de órbita. Bueno, ya no lo entretengo. La respuesta es treinta y cuatro mil trescientos cincuenta y nueve millones setecientos treinta y ocho mil trescientos sesenta y ocho. Increíble.

La tierra tiene en la actualidad menos de siete mil millones de habitantes. Y aun más increíble es lo siguiente: Si consideramos que una generación tiene 25 años como promedio (como muchos investigadores piensan), 35 generaciones atrás equivalen a 875 años. O sea que estos ancestros suyos vivieron cuando aun doña Europa no conocía a doña América. Si usted va siguiendo la lógica de lo que aquí escribo llegará a la conclusión de que hace 875 años más o menos, la tierra tenía casi 5 veces el número de habitantes que en la actualidad, y ¡todos eran ancestros suyos! Y si no es así de algún lado tuvieron que salir sus ancestros, por lo que se puede deducir que usted es producto de una mezcla de terrícolas y extraterrestres provenientes de cuatro mundos tan poblados como la tierra actual. ¡Clase de híbrido!

Afortunadamente usted y yo sabemos que hay un error en este razonamiento. El error está aquí. Cuando usted comienza a retroceder generaciones tarde o temprano se topará con un ancestro suyo que lo sea por dos o más rutas diferentes. Por ejemplo, un tataratatarabuelo suyo lo podría ser por vía materna pero también por vía paterna. Entonces usted no tendría 32 tataratatarabuelos, sino 31. Si usted es de un pequeño pueblito en donde ha existido una alta endogamia este tipo de ancestros se comienzan a ver tan solo unas cuantas generaciones atrás. Por eso los habitantes de Trinidad, Santa Barbará, en el occidente de Honduras, que son rubios y ojos claros se parecen mucho entre sí. Si usted vive en una gran urbe resultado del proceso de urbanización registrado en el siglo XX usted tendrá que retroceder muchas generaciones para encontrar estos ancestros. Pero cuanto más retrocedemos en el tiempo este tipo de familiares, que lo son por varias vías, se van haciendo más frecuentes debido al menor número de habitantes de aquel entonces.

Si continuamos lo suficiente nuestro proceso de retroceso usted descubrirá, al igual que cualquier otro habitante del planeta tierra o de sus estaciones espaciales en órbita, que sus únicos ancestros fueron un grupo de cazadores-recolectores nómadas que recorrían las sabanas africanas hace algunos cientos de miles de años. En ese sentido todos somos parientes. En la actualidad las herramientas de la biología molecular nos permiten retroceder en el tiempo, pues los procesos poblacionales dejan sus huellas en el ADN. Por medio del ADN mitocondrial descubrimos la procedencia de nuestras madres primigenias. El ADN del cromosoma Y nos permite saber la filiación grupal de nuestros padres primigenios, y el ADN llamado “autosómico” nos permite calcular composiciones genéticas en los grupos humanos que se han formado debido a la fusión de dos o más poblaciones.

Desde luego el vínculo entre los individuos, entre sí y con sus ancestros, no es físico. Es improbable que usted porte parte de los mismos átomos que estaban presentes en el cuerpo de su bisabuelo, por ejemplo. Es más bien un vínculo informático. Es información portada de una generación a otra atreves de los genomas. Esta transmisión de información es en extremo fiel pero de vez en cuando se presenta un error en el copiado entre dos generaciones, llamada mutación. La acumulación de estos errores es la que va diferenciando a los grupos conforme transcurre el tiempo y es así como el ADN nos ayuda a calcular los tiempos de separación entre diferentes grupos poblacionales.

Las huellas de esta separación la podemos apreciar, aparte del ADN, en otros sitios. La evolución de los lenguajes es un buen ejemplo. Si dividimos una población humana en dos partes aisladas la una de la otra, cada nueva generación inventará nuevos fonemas y el lenguaje, al inicio uno solo, se irá diferenciando paulatinamente entre las dos poblaciones hasta hacerse dos lengujes diferentes. Si construimos un árbol filogenético de diferentes poblaciones humanas con datos procedentes del ADN y lo comparamos con un árbol filogenético construido con datos lingüísticos, observaremos una correspondencia casi perfecta entre ambos.

Al estudiar las poblaciones a escala de tiempo evolutivo nos hacemos consientes de la limitación espacio-temporal del ser humano que usualmente no ve más allá de sus narices cuando analiza los asuntos de su cotidianeidad y de su momento histórico. Ahora, cuando usted retroceda en el tiempo y piense en su tatarabuela, acuérdese que todos somos parientes en el gran río de la vida. Que tenga buen día.

domingo, 6 de septiembre de 2009


¿Conoce usted las promesas de Dios para su vida?



Hoy domingo nuestro pastor, Roberto Marroquín, predicó sobre el cumplimiento de las promesas de Dios en nuestras vidas. Nos decía que lo que Dios promete, lo cumple, pues la palabra dice que el Señor no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para arrepentirse.
Dios manifiesta sus promesas de diferentes maneras. Puede ser por medio de la palabra de un profeta, pero también puede hacerlo en momentos de profunda meditación y comunión con Dios. Pero una vez que tenemos la certeza de haber recibido una promesa de Dios, su cumplimiento es cuestión de tiempo, y nosotros deberemos confiar y perseverar.

Nos decía el pastor Roberto que una manera de perseverar y concentrarse en las promesas de Dios es identificándose con algún personaje bíblico. Usted podría, por ejemplo, identificarse con el Apóstol Pedro, quien fue una persona impulsiva y agresiva, pero a quien se le prometieron las llaves del cielo, y ser la piedra en la que se edificaría la Iglesia de Cristo. Podría identificarse con Saqueo, recaudador de impuestos, o con Daniel, José o Moisés. Si usted es “creído” u orgulloso, usted podría identificarse con el Apóstol Pablo, y si es muy amoroso, con el Apóstol Juán.

Si usted es ya viejito y quiere tener hijos, recuerde a Abraham y a Sara, a quienes Jehová les prometió abundante descendencia. Es probable que para cumplir dicha promesa el Señor tuviera que utilizar Viagra divino, aunado a algún procedimiento especial, como trasporte nuclear de células somáticas con fecundación in vitro y transporte de óvulos fecundados celestial. Al final Dios cumplió su promesa y la pareja engendró a Isaac.

Dice el pastor Roberto que su modelo bíblico es David, quien fue un rey polifacético: gran adorador de Dios, autor de la mayoría de los Salmos, guerrero insuperable, administrador y gran líder, y que además amasó una gran fortuna, parte de la cual serviría para que su hijo Salomón construyera el Templo. A David, Dios lo ungió rey, sacándolo aun muy joven de su trabajo de pastor de ovejas. Yo, Por mi parte, me identifico con Salomón. No, no por las mil mujeres que tuvo, no sea usted mal pensado, sino por su enorme sabiduría.

Y usted, ¿Sabe cuáles son las promesas de Dios para su vida? Si no lo sabe, más le valdrá comenzar la aventura de averiguarlo, o usted pasará por esta vida sin conocer su propósito y sin saber qué es lo que quiere Dios para usted.

Que tenga buen día.

sábado, 5 de septiembre de 2009


Dele Gracias a Dios

Hoy asistí a un congreso sobre una iniciativa para atrer hombres a las iglesias, llamada confraternidad de hombres. A los hombres se les dará cursos cortos semanales sobre los hijos, la esposa, etc. A mi me pareció una muy buena idea, ya que apoyo todo lo que tenga que ver con la educación y formación de nuestro pueblo. La educación a los hombres es escencial para combatir la paternidad irresponsable, herencia de generaciones durante las cuales los hombres, especialmente los dueños de haciendas y terratenientes, enjendraban una enorme cantidad de hijos. Así, a mi bisabuelo, terrateniente de Olancho de apellido Garrido, se le atribuyen nada menos que 99 hijos.

El pastor que daba la conferencia explicó como él le abría la puerta del carro a su mujer para que saliera. Nos instó a que tambien nosotros lo hiciéramos, y una buena estratégia para que no se nos olvide es decirle a nuestra esposa: “esposa, si no te abro la puerta para salir del carro, no la abras tú. No salgas, y me daré cuenta de mi descuido”. Me pareció una excelente idea, pero después de un rato de reflexión me dije a mí mismo: "mí mismo, y ¿que tal si mi esposa no sale del carro para recordarme y a mi, que soy tan despistado, se me olvida la doña a dentro? Después de unas horas me acordaría, y con el calor de San Pedro Sula, podría encontrarla momificada dentro del vehículo. No, mejor no."

Por cierto, si usted tiene una familia, cuidela y dele gracias a Dios por ella. De hecho, dele gracias a Dios por todo. El solo hecho de existir ya es algo. Usted bien podría no existir en este momento. Pero usted come, disfruta sus alimentos y los siente exquisitos, especialmente cuando tienen hambre. Usted usa su ropita de marca, que a usted le gusta. Si usted está leyendo este artículo, probablemente tenga una buena educación, con la que le es más facil aprehender al mundo. Usted respira, siente, tiene el placer de darse un estirón por las mañanas, disfruta jugar futbol los Domingos con sus amigos, si es hombre. Disfruta de las relaciones sexuales con su pareja, del olor del perfume que se pone en las mañanas, del agua tibia cuando se baña, de la presencia de sus seres queridos, de aquella canción que tanto le gusta, cuya melodía le despierta recuerdos de su juventud. Usualmente, no nos detenemos a pensar en estos asuntos y los damos por sentado, pero el simple hecho de existir debe ser motivo para agradecer a Dios.

Así que usted, aunque no sea creyente, pruebe a repetir por la mañana o por la noche, antes de dormir: “Gracias Señor por mi vida, y por la vida de mi familia”. Sentirá una sensación de paz y estará conciente de las bendiciones que le son otorgadas día a día.
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...