Hoy asistí a un congreso sobre una iniciativa para atrer hombres a las iglesias, llamada confraternidad de hombres. A los hombres se les dará cursos cortos semanales sobre los hijos, la esposa, etc. A mi me pareció una muy buena idea, ya que apoyo todo lo que tenga que ver con la educación y formación de nuestro pueblo. La educación a los hombres es escencial para combatir la paternidad irresponsable, herencia de generaciones durante las cuales los hombres, especialmente los dueños de haciendas y terratenientes, enjendraban una enorme cantidad de hijos. Así, a mi bisabuelo, terrateniente de Olancho de apellido Garrido, se le atribuyen nada menos que 99 hijos.
El pastor que daba la conferencia explicó como él le abría la puerta del carro a su mujer para que saliera. Nos instó a que tambien nosotros lo hiciéramos, y una buena estratégia para que no se nos olvide es decirle a nuestra esposa: “esposa, si no te abro la puerta para salir del carro, no la abras tú. No salgas, y me daré cuenta de mi descuido”. Me pareció una excelente idea, pero después de un rato de reflexión me dije a mí mismo: "mí mismo, y ¿que tal si mi esposa no sale del carro para recordarme y a mi, que soy tan despistado, se me olvida la doña a dentro? Después de unas horas me acordaría, y con el calor de San Pedro Sula, podría encontrarla momificada dentro del vehículo. No, mejor no."
Por cierto, si usted tiene una familia, cuidela y dele gracias a Dios por ella. De hecho, dele gracias a Dios por todo. El solo hecho de existir ya es algo. Usted bien podría no existir en este momento. Pero usted come, disfruta sus alimentos y los siente exquisitos, especialmente cuando tienen hambre. Usted usa su ropita de marca, que a usted le gusta. Si usted está leyendo este artículo, probablemente tenga una buena educación, con la que le es más facil aprehender al mundo. Usted respira, siente, tiene el placer de darse un estirón por las mañanas, disfruta jugar futbol los Domingos con sus amigos, si es hombre. Disfruta de las relaciones sexuales con su pareja, del olor del perfume que se pone en las mañanas, del agua tibia cuando se baña, de la presencia de sus seres queridos, de aquella canción que tanto le gusta, cuya melodía le despierta recuerdos de su juventud. Usualmente, no nos detenemos a pensar en estos asuntos y los damos por sentado, pero el simple hecho de existir debe ser motivo para agradecer a Dios.
Así que usted, aunque no sea creyente, pruebe a repetir por la mañana o por la noche, antes de dormir: “Gracias Señor por mi vida, y por la vida de mi familia”. Sentirá una sensación de paz y estará conciente de las bendiciones que le son otorgadas día a día.
Me gusta mucho y es que muchas veces nos enfocamos en lo que nos falta o lo que creemos que es mejor para nosotros y nos olvidamos de esos detalles que son nuestra verdadera bendición y la riqueza más grande, así que bueno que nos lo recuerde y GRACIAS A DIOS POR MI VIDA Y POR MI FAMILIA, GRACIAS A DIOS POR SU VIDA Y POR PERMITIRME COMPARTIRLA!!!
ResponderEliminar