En los últimos meses he aprendido mucho de nuestro presidente Manuel Zelaya. Específicamente, la forma más eficiente y fácil de gestar una revolución. No dejo de admirarme como las multitudes pueden ser manipuladas a voluntad con una serie de pasos ya establecidos y bien estudiados, y de la manera como todos podemos participar involuntariamente en un movimiento de seres humanos a gran escala, como una revolución. Los que alguna vez hemos volado aviones le llamamos “lista de chequeo”, y consiste en ir chequeando los pasos que se van cumpliendo hasta el momento.
Remontémonos a principios de año, cuando el Gobierno de la república aumentó el salario mínimo de forma descomunal, algo que parecía que impactaría negativamente en la economía (como efectivamente lo hizo, pero era parte del plan). Como es de esperarse los empresarios protestaron (parte del plan). A las clases populares se les dijo que los empresarios protestarían ya que estos tienen la consigna de no permitir que el trabajador prospere. Comenzamos a ver el germen de la división. Lógicamente, muchos trabajadores tuvieron que ser dados de baja de sus empresas, lo que naturalmente era culpa de los empresarios.
¿Luego que se hace? Buscar un desencadenante final de la división. Un factor que explote nuestra tendencia a comprometernos en uno de dos bandos cuando tenemos que tomar una decisión binaria (ver la entrada de este blog "De células, no células y células madre, del 17 de mayo de 2009). Desde luego, la sociedad no se divide en dos clases de personas, como se quiere hacer pensar. Para muchas de sus características, los seres humanos seguimos lo que se llama en estadísticas una “distribución continua”, en la que no hay un límite preciso entre una clase y la siguiente. Sin embargo, es sencillo activar nuestro instinto guerrero si se nos dice que hay un grupo de seres humanos que son diferentes a nosotros en aspectos esenciales, y que además tienen el poder, y que no estarán dispuestos a entregar ese poder. La cuarta urna ha tenido como propósito precisamente eso. Los dos grupos de personas a las que me refiero son: 1) Los empresarios, dueños del poder, aquellas personas que han sobresalido y que poseen recursos a costa de la explotación del pueblo. Y 2) El pueblo explotado.
Esta clasificación no toma en cuenta las diferencias entre un empresario modesto, con una pequeña tienda con 5 empleados, que ha hipotecado los pocos bienes para poder salir adelante en un país que está diseñado y construido para impedírselo, y el empresario gigante, dueño de multinacionales y con tantos millones que el pobre y explotado trabajador no puede ni leer la cifra. Y dentro de la categoría de explotadores, además, caen los profesionales que de una u otra forma han podido salir adelante muchas veces con el sacrificio propio o de sus padres.
Ahora bien, la población sí se divide en dos grupos poblacionales: 1) Aquellos atrapados en la llamada “cultura de la pobreza” (ver entrada de este blog "El factor clave contra la cultura de la pobreza" del 10 de junio de 2009), quienes ven su propia pobreza como una condición natural y no un estado temporal, y que están seguros de que la única manera de prosperar es quitándole los bienes al explotador, y 2) Aquellos que, aun mínimamente, han podido desarraigarse de dicha cultura. La diferencia no es material sino ideológica.
El objetivo de la cuarta urna no es la cuarta urna. Es la división. Todo está gestado para la revolución. Los que tiene algún bien por mínimo que sea, se niegan a la cuarta urna. Muchos de los que no tienen nada (o que tienen algo pero son miembros de honor de la cultura de la pobreza) ven a los que se niegan a la cuarta como sus enemigos, ya que a estos últimos se les ha prometido tener los bienes que ahora están en manos de los que tienen, y que luego pasarán a manos de los que no tienen, luego convirtiéndose estos últimos en los que tienen, y los primeros en los que no tienen, o que tienen, pero sus bienes estarán entonces en algún país extranjero. Que enredo. Desde luego ya está encendido el fuego de la revolución.
Pienso que el comunismo, que obviamente se pretende instaurar en Honduras (desde luego amparado en una falsa democracia), ha mostrado su fracaso como régimen por una sencilla razón: Los sistemas sociales son muy complejos, pero autoorganizados. El control total es antinatural en los sistemas complejos. Si pretendemos controlarlo todo impedimos su crecimiento. Eso pasó en la ex Unión Soviética. Estoy de acuerdo que el modelo neoliberal y su contraparte política, la democracia actual, no son soluciones 100% adecuadas, pero al menos permiten el crecimiento y el potencial cambio a otros tipos de modelos más conformes a nuestros cambiantes tiempos.
A pesar de esto los regimenes comunistas ofrecen soluciones a dos problemas básicos de nuestra sociedad: La salud y la educación. Paradójicamente la educación podría se la solución a la cultura de la pobreza. Pero no una educación basada en el adoctrinamiento, y en la omisión de las nuevas tecnologías, que no hace más que sumir a los pueblos en el atraso, una medicina que resulta peor que la enfermedad. Espero, y tengo la fe en Dios de que, de instaurarse un modelo comunista en nuestro país en los próximos años, los dirigentes tomen esto en cuenta.
Pero ¿Por qué la revolución se da en Latinoamérica? ¿Por qué el comunismo latinoamericano del siglo 21? ¿Por qué no la revolución Canadiense, o Europea, por ejemplo? Es sencillo. La cultura de la pobreza es el huevo de la revolución. Este huevo eclosionará si se dan las condiciones necesarias y suficientes, y la cuarta urna a dado paso a estas condiciones. ¿Recuerda los países tras la cortina de hierro en la Europa de la guerra fría? En América, para los países que están acogiendo el comunismo del siglo 21, propongo que se diga que están ubicados tras la “Cortina del Maiz” (sin acento). ¿Qué le parece?
El martes próximo nuestra iglesia Ministerios de Jesús, a petición de nuestro líder, el carismático Pastor Roberto Marroquín, junto a otras iglesias de todas las denominaciones, realizará una marcha por la paz y la libertad, para que no haya derramamiento de sangre adicional en nuestro país. Ya Honduras ha sido bañada de sangre lo suficiente, debido a los gigantescos y crecientes índices de criminalidad. En estos momentos la ciudad está casi decierta. El clima de inseguridad se percibe en el ambiente. Espero que desencadenar un caos de inseguridad no sea parte del plan, aunque tengo mis dudas. La cuarta es el 28, y hoy es 21. Esta semana se vislumbra conflictiva.
Yo por los momentos, abogo por la paz, a la vez que observo. Intento dilucidar cuales son los equivalentes de la revolución en los organismos y sociedades biológicas. Mi teoría de la evolución hacia la complejidad exige que haya correspondencias en todos los niveles de complejidad, por lo que tengo mucho que observar y aprender de la cuarta urna. Que tenga buen día.
UN TRATADO Y UNA VISITA
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Por Dennis Starkman La visita que hace unos días realizó a Honduras la
Embajadora de los Estados Unidos ante la Organización de las Naciones
Unidas ha acap...
Hace 6 años
Hola Dr. Herrera, quise ser la primera en comentar sobre su controversial blog, atreviendome a darle mi modesta opinion acerca de el.
ResponderEliminarEsta demas decir que siempre que nuestro pais opta por cambios drasticos ya sean gubernamentales o de otra indole estos van acompañados de corrupcion o como se diria en un lexico de bajo nivel,¨jugando con balon adelantado¨ La verdad no soy quien para dar una extensa opinion acerca del cambio que se avecina en nuestro gobierno, pero si quisiera opinar en cuanto a los gobiernos comunistas y es que estos tal y como ud lo menciona en este articulo se esmeran por dar al pueblo salud y educacion y a mi criterio la educacion podria ser la solucion no se si para todos nuestras carencias como pais o por lo menos para un 90% de ellos siendo el otro la salud.
Lo que si quiero dejar para reflexion de todos los hondureños es que hagamos la diferencia individualmente, no nos dejemos llevar por los ¨lideres¨ que quieren manipularnos y caer en su juego.
Siempre que tomemos una decision pensemos en si la decision que estamos por tomar muestra nuestro caracter, nuestro nivel moral y espiritual y sobre todo nuestra verdadera personalidad.
Muy buen articulo Dr. Herrera, le felicito y adelante con mas blogs...
Varinia Godoy