Sucesos, Vida de Fe y Cristianismo en Honduras

sábado, 23 de mayo de 2009


Piedrecilla de Colores, Pastillitas Azules y Sistemas Complejos Vivientes

Notarán que cambié el tamaño y el estilo de la letra en esta entrada, y eso es porque mi esposa, que es detallista, me dijo que debía ser más llamativo. Y es que las mujeres son superiores a nosotros los hombres en ese aspecto. Si el hombre va a comprar un carro, se fija en lo fuerte de la carrocería, en la relación de los ejes, la potencia entregada por el motor, el torque etc. La mujer es la que decide si será azulito, fucsia o lila. No se si la psicobiología tendrá una explicación para tal grado de detallismo, pero la mía es la siguiente: durante los miles de años como recolectoras, las mujeres debían encontrar una gran cantidad y diversidad de semillas para mantener una dieta balanceada en su familia. Tal actividad era grupal, ya que las que tenían hijos pequeños necesitaban la ayuda de otras mujeres para atenderlos. Como el acerbo genético familiar era favorecido por tal comportamiento gregario, este se fue difundiendo más y más (advierta como van hasta al baño juntas). Pero también debían desarrollar la habilidad de separar las semillitas nutritivas de aquellas tóxicas, que ponían dentro de su gran bolsa (la versión moderna es la gigantesca cartera marca Xoxo o Nine West), donde además cargaban los implementos para limpiar al bebé cuando hacía sus necesidades fisiológicas excretorias, achiote u otra planta que se aplicaban en el rostro para lucir bien ante el marido (así cuando este llegara de la cacería le cedería una buena pieza de mamut), y algunas herramientas (gata hidráulica, juego completo de desarmadores, y cosas por el estilo). Debido al peso de la gran bolsa y del niño, que debían cargar en todo momento, evolucionaron hasta nuestros días para ser el sexo fuerte. Usualmente, al llegar los machos de la cacería los doblegaban por completo.

La clave del detallismo radica en la separación de las semillas tóxicas de las nutritivas, las cuales debía diferenciar con sumo detalle. Si la mujer se confundía corría el riesgo de que su niño muriera envenenado, por lo que los genes del detallismo fueron acarreados por los niños sobrevivientes. Mientras recolectaban semillitas, encontraban alguna piedrita de colores, la que también ponían en su titánica bolsa. Las piedrecillas de colores fueron un factor más para aumentar el comportamiento gregario: después de la recolección se sentaban todas a examinar las lindas y bellas piedrecillas que habían recolectado durante el día, con las que se fabricaban adornos corporales de todo tipo. Aun en la actualidad se puede ver como las piedrecillas hipnotizan a las mujeres. De ese punto a escoger el color del taparrabo del macho para que le combinara con la lanza solo hubo un paso. Mientras tanto, el macho indómito, impregnado de sus potentes hormonas masculinas, andaba de caza con sus herramientas y armas colgadas en el cinturón del taparrabo. Espero que esta explicación satisfaga a psicobiologos y antropólogos, aunque es inevitablemente de naturaleza especulativa.

El día de ayer me llamó una doctora amiga y me dijo que una de las entradas de este blog le había parecido aburridísima. Me dijo que había pasado muy bruscamente de la payasada a la seriedad y no había siquiera terminado de leerla de tan seria que le pareció. Luego me dijo un amigo que por qué tanta payasada, como se podía ser tan cómico en un tema tan serio. Yo me vi entonces, como organismo de decisiones binarias, enfrentado al dilema: ¿Ser o no ser (payaso, en este caso)? Bien, intentaré ser más serio en lo sucesivo, aunque no prometo nada.

El tema de esta entrada es mostrar al mundo algo que he descubierto (creo) y que revolucionará las ciencias biológicas, sociológicas, políticas y económicas (esto es bien en serio). Es probable que en el año 2100 alguien redescubra este blog. Para ese entonces, la medicina regenerativa habrá avanzado tanto que yo seré un jovencito de 133 años; es decir, ya tendré la edad suficiente para que me nominen para el premio Nobel, pero con la lozanía de la juventud. A propósito, todos sabemos que el Dr. Salvador Moncada se merecía ganarlo en el 99. Gracias a sus investigaciones pudimos darnos cuenta de que el famoso factor endotelial era realmente el Óxido nítrico, lo que condujo posteriormente al invento de la famosa pastillita azul, gracias a la cual muchos machos garañones de 90 años hoy se pueden casar con jovencitas de 18 solo por amor, lo que hace que la longevidad valga la pena. Extrañas conexiones de la ciencia.

Bien, prosigo con mis descubrimientos (muy serios, repito), que están basados en los siguientes hechos.

1) La Teoría de la Evolución de Darwin es una maravilla explicando la manera en cómo los organismos evolucionan hacia nuevas formas y hacia la diversidad, cada vez mayor. La nueva síntesis vino a complementar los vacíos en cuanto a la fuente de la variación de la cual se vale la selección natural (los genes, y el ADN en general). El problema es que la Teoría de la Evolución no ofrece una explicación de el por qué los seres vivos evolucionan hacia una mayor complejidad.

2) La teoría de los sistemas complejos describe aquellos sistemas alejados del equilibrio termodinámico en los que los elementos, en determinadas condiciones, adquieren un comportamiento de grupo con propiedades emergentes que no pueden reducirse a los componentes individuales. El problema es que los físicos que estudian este tipo de sistemas meten dentro de esta categoría una gran cantidad de objetos, que abarcan todas las disciplinas científicas (como por ejemplo, la superconductividad y el condensado de Bose-Einstein, etc.). La vida (en todas sus formas y manifestaciones) es un sistema alejado del equilibrio, pero con características especiales. Y la vida se manifiesta en múltiples niveles de complejidad, todos los cuales siguen un comportamiento similar y por lo tanto, es factible establecer un cuerpo teórico para su generalización.

3) El diseño inteligente es una corriente de la biología que ha tomado mucho auge entre el público creyente de los Estados Unidos, pero no ha tenido mucho impacto en la comunidad científica. Esto es porque los científicos no se tragan el cuento de las “estructuras fundamentalmente irreducibles”, como si fueran relojes fabricados por un relojero. Si usted no supiera nada sobre el cuerpo humano, al ver nuestra estructura (¿ha visto como tenemos lo que parecen costuritas por todos lados?) pensaría también que un ser humano es “irreducible” y que por tanto fuimos creados tal cual. Pero creo que el Dr. Behe (máximo exponente del diseño inteligente) tiene razón cuando dice que los tiempos en los que las estructuras han evolucionado son muy cortos para las maravillas de ingeniería implicadas en los organismos vivos.

4) La corriente de la genética llamada “epigenética” que, entre otras cosas, ha descubierto que los organismos responden al medio ambiente manifestando lo que serían fenotipos adaptativos en generaciones posteriores.

Pues bien, lo que hice fue tomar los incisos 1 y 2, y con ellos formé mi Teoría de la Evolución de los Sistemas Vivientes hacia la Complejidad. En inglés sonaría más bonito: Theory of Evolution of Living Systems towards Complexity. ¿Que les parece? ¡Ajá, algún día lo miraré escrito en la portada de Nature, o de Science!

Lo que hice después resultará más interesante para los creyentes. Tomé mi teoría, le añadí los elementos de los incisos 3 y 4 y dilucidé una manera plausible en la que Dios dirige y orquesta todo el mecanismo de evolución hacia el cumplimiento de su propósito para nosotros en este universo: conquistarlo con un conocimiento tecnológico avanzado del que aun no tenemos ni sospechas, finalmente contrarrestando la segunda ley, la formación de agujeros negros y todo eso que anticipa la muerte segura del universo, de su creación. Pero eso no se podría hacer sin los amados sistemas complejos vivos de Dios. Recuerde que Dios hizo el universo con sus leyes para ser respetadas aun por El mismo (el adagio aquel que dice “las Leyes son para romperlas” debe ser hondureño), por lo que necesita de nosotros para salvar a su universo, y su actuación en nuestra ayuda deberá ser sutil y en cierta medida, subrepticia. Por eso lo percibimos solo los creyentes (no hablo aquí, desde luego, del mundo espiritual. Ese es otro tema). Una implicación de esto es que no somos únicos (ni en el universo ni en la Tierra).

En los siguientes ensayos expondré paso a paso mi teoría. Intentaré hacerla lo más sencilla y digerible posible, porque como recordarán, este blog está escrito tanto para periodistas, abogados, ingenieros, médicos, biomédicos, biólogos, filósosfos, etc., como para el hombre aciencio o inciencio (ambos términos definidos en: “Sobre la Epistemología de la Teleología, o ¿Qué rayos hago yo aquí?” de este blog”.

Después de reflexionar durante algunos años sobre el tema, me encontraba en mi Iglesia conversando con mi buen amigo Carlos, quien es un hombre con un profundo entendimiento de las escrituras. De pronto, en un instante de revelación, me le quedé viendo fijamente a los ojos y con voz de trueno y mirada de profeta le dije: “Dios actúa sobre los sistemas”. Carlos me quedó viendo como si yo acabara de bajar de alguna nave espacial interplanetaria venida de los confines de la galaxia y me dijo: “el trato de Dios es personal”, seguidamente se dio la vuelta y se fue. Yo me quedé triste, sintiéndome un incomprendido de mi tiempo. Lo bueno es que hoy si, ya dilucidé la forma de conquistar al mundo. Tengo un plan, y se basa en los sistemas complejos. Que pasa buen día.

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