¿Es usted de las personas que, como yo, quieren conquistar el mundo? Entonces le pregunto: ¿este mundo (físico) o el otro (espiritual)? Este corto escrito (que más que escrito son preguntas) lo quiero dedicar a mi amigo Jesús Edmundo Calleros, no porque tenga algo que ver con el, si no para honrarlo como uno de mis mejores amigos. Mundo (como le digo de cariño) fue mi gran amigo en el colegio, una de las personas que más ha influido en mi vida y a quien tengo un aprecio enorme. Gracias a su influencia, hoy me dedico a la ciencia. De no ser por el, creo que me habría limitado a ser un cantautor que gana millones de dólares por un disco, o algún político importante (la frase “político corrupto” es inadecuada ya que representa una tautología o repetición de ideas), con un enorme vació de ciencia. En cambio, hoy tengo que escribir a 200 instituciones para conseguir un pequeño financiamiento para un proyecto que quizá arroje alguna luz sobre algo importante. De esta forma tal vez, con una probabilidad entre 10,000, cuando cumpla 95 años de edad la humanidad se de cuanta de que mi hallazgo sí fue importante, y me nominen para el Nóbel. Gracias por eso, Mundo. Afortunadamente, también soy médico, y siempre puedo recurrir a algún paciente descuidado para pagar la letra de mi carro, o la colegiatura de mis hijos.
Me acordaba de Mundo, quien es radiólogo y hoy en día tiene un puesto de prestigio en una importante universidad de Estados Unidos, debido a que hace algunos días yo escribí “resagado”, en lugar de “rezagado”. Mundo, quien no ha perdido la costumbre de corregirme, me hizo ver el error. Si lee este blog le digo: según un correo electrónico que circula desde hace algunos días, en Honduras nuestro presidente tiene planeado, siguiendo las recomendaciones de Gabriel García Márquez (y probablemente del Presidente Chávez) y para simplificar el castellano, omitir o eliminar por completo algunos grafemas redundantes (como la z).
Bueno mi gran amigo, espero poder escribir su biografía cuando se invente algo novedoso en radiología. Algo que yo le podría sugerir sería una máquina de resonancia magnética con una interfaz más amigable con el paciente. ¿Se han dado cuenta que cuando a uno lo meten a esa cosa le parece que lo están metiendo en una tumba? Aunque no lo crean, es un truco: el pobre paciente, al ver la morada que le espera si no se trata ese cáncer, paga LO QUE SEA.
Ahora que lo pienso, los dos mejores amigos que he tenido son radiólogos. El otro es José Edgardo Molina, que es especialista en nueroimágenes (creo) u otra de esas cosas raras que parecen juego de Nintendo del futuro. Prefiero seguir con mis moléculas.
Pasando al tema que nos compete, es extraordinario como la naturaleza nos ha proveído con un mecanismo de autodefensa, de evitación a la muerte. Este mecanismo de “miedo a la muerte” nos hace pensar que morir no debe ser algo bueno (lógicamente, puesto que conduce a la destrucción del organismo físico). Pero, ¿Qué es la muerte? ¿Termina el yo y todo atisbo de nuestra individualidad con la muerte? O por el contrario ¿hay un lugar espiritual esperándonos? Y si es así, ¿puede haber comunicación entre nuestro mundo físico y ese lugar espiritual? Los relatos de pacientes que han experimentado eventos cercanos a la muerte se cuentan por millares. En la mayoría de los casos, hay similitudes sorprendentes. A pesar de que me he esforzado pensando (aunque no lo crean, algunas veces lo hago) no se me ocurre ninguna razón biológica que actúe como presión selectiva para desarrollar un mecanismo que “ayude a morir” observando lindas imágenes de luz, seres celestiales, etc. Podría argumentarse que aunque no hay presiones biológicas que le confieran un aventaja selectiva a los individuos que lo experimenten, puede ser un efecto secundario o pleiotrópico de los genes que regulan la función cerebral. Entonces, las variantes genéticas que sí confieren ventaja, y que estarían involucradas en otras funciones cerebrales como el sueño, la percepción, etc., nos harían, secundariamente, experimentar imágenes vívidas en el momento de la muerte. Pero, algo interesante de esto es que en algunos casos excepcionales, como cuando la persona ha intentado suicidarse, no se observan estas imágenes agradables, sino mas bien algo más parecido a un infierno o purgatorio.
Los creyentes tenemos una promesa de vida eterna, pero la interpretación de vida eterna no es clara. Se supone que al momento del rapto tendremos vida eterna, pero en nuestro cuerpo físico, así que la ambigüedad entre mundo físico y espiritual se hace mas confusa. Si Jesús va a juzgar a los vivos y a los muertos, ¿los muertos regresaran de su mundo espiritual? Pero si ese mundo espiritual celestial es tan agradable, ¿para que regresar al mundo físico en primer lugar? Creo que este tema tiene un vacío enorme, que necesita de una discusión coherente para integrar una “cosmovisión” adecuada entre los creyentes. O, ¿piensan ustedes que esta es una cuestión epistemológica? Esperemos que futuros estudios de los eventos cercanos a la muerte, bien diseñados y efectuados por grupos de investigación serios, conduzcan a una mejor comprensión de lo experimenta una persona que muere.
La inmortalidad ha sido buscada por muchos en todos los tiempos, desde los alquimistas hasta los conquistadores. La nueva ciencia promete, en un futuro cercano, si no la inmortalidad, si una vida de extrema longevidad y salud, gracias a los avances de los que quizá todavía nosotros seremos testigos, en los campos de la medicina regenerativa y prótesis inteligentes. El superhombre, mejorado tanto genética como cibernéticamente ya no es un mito, sino una realidad a la vuelta de la esquina. Estos seres superdotados serán capaces de proezas físicas e intelectuales inimaginables y gozaran de longevidad casi ilimitada. Sería en extremo interesante analizar la muerte propia desde la perspectiva de estos seres superiores, que sin duda, contaran con capacidad para conquistar al mundo. Envidiable, para un individuo como usted o como yo, con genomas aleatorios y sin mecanismos robóticos complejos. Y ¿Usted que piensa sobre la muerte?
Definitivamente encanta leer lo que escribe, sin embargo, no puedo evitar pensar "yo solo sé que no sé nada". Le deseo éxito en su aventura por conquistar al mundo y creame, sus moléculas tmb me parecen "juego de nintendo del futuro", asi que yo seguiré tratando de comprender al mundo. ;)
ResponderEliminarO:"yo solo sé que no he cenado", haciendo alusión a Friedrich Nietzsche cuando dice que el estado fisiológico afecta la forma de ver la vida.
ResponderEliminarMi estimado amigo Edwin,
ResponderEliminarTe agradezco tus palabras.
Quien fuera a pensarlo. Ni mi perro, ni mis hijos y obviamente ni mi esposa me hacen caso. Pensar que yo influi en alguien para que se dedicara a la ciencia es imposible.
Si yo fuera capaz de cantar o de componer seria canta-autor y no radiologo.
Algunos equipos de resonancia no parecen criptas y existen equipos de resonancia abierta, aunque con un campo magnetico mas bajo y por lo tanto mas lentos y con menor resolucion.
Sobre la vida despues de la muerte. Yo creo en la infinta misericordia de Dios. Creo que Dios es mejor que yo. Si yo fuera un juez con poder absoluto, no seria capaz de condenar al peor de los criminales a ser torturado, no eternamente, ni siquiera por un minuto. Si yo fuera a juzgar a mis hijos, probablemente seria un juez compasivo. Dios es mejor juez que yo y seguramente tiene alternativas que no incluyen la tortura eterna de nosotros sus hijos.
Yo no quiero conquistar el mundo, me conformo con hacerlo un poco mejor.
Un abrazo,
Mundo Calleros
Hola Mundo. Imaginese que quien hubiera influido en mi hubiera sido Melvin... En estos momentos sería Abogado. Ja, !me libre Dios! Gracias por la aclaración de la resonacia y saludos. A propósito, toda mi familia está compuesta por abogados, por lo que yo soy la oveja blanca de la familia.
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