Sucesos, Vida de Fe y Cristianismo en Honduras

domingo, 22 de noviembre de 2009


Mi trauma con el cine

Dr. Edwin Francisco Herrera Paz

¿Ha visto como a veces, usted por ahorrarse unos pesos se mete en problemas que le cuestan aun más dinero? Yo siempre me quejo de lo caro que resulta ir al cine por lo caras (e insalubres) que son las golosinas, y encima de todo, no lo dejan a uno entrar con comida que no sea comprada allí, en franca violación a nuestro derecho constitucional de comer lo que nos de la gana.

Un día decidí revelarme, y le dije a mi esposa que comprara hamburguesas en McDonald’s y que las metiera en su gran cartera, para comerlas mientras disfrutábamos de la película. El plan fue todo un éxito. Durante la película, disfrutamos de nuestras deliciosas, grasosas, engordantes y arterio-ocluyentes hamburguesas, acompañadas de deliciosas, azucaradas, carbonatadas y diabetogénicas Coca-Colas. La pasamos muy bien, pero la cartera de mi esposa quedó impregnada con un olor a aceite quemado y carne que aun ahora, después de 2 años, no se le quita. Sobra decir que me tocó comprarle un enorme carterón nuevo marca Nine West. Nunca más volví a comer hamburguesas en el cine.

Otra vez, me enojé porque en el cine no venden ningun alimento saludable. Solo bebidas gaseosas hostiles para la salud, palomitas y hotdogs. Entonces me fui a comprar, para mis hijos y nosotros, unas bolsas de cacahuates ricos en potasio, ácidos grasos omega 3 y vitaminas, y jugos naturales vitaminados. Unos minutos después de entrar, mis hijos dijeron que ya no querían comer, que estaban llenos, y me pasaron sus bolsas de cacahuates a mí. Hoy, 6 meses después, todavía me como un poquito de cacahuates por las noches para que no se desperdicien, pero a decir verdad, me los trago con mucha dificultad. ¿Qué les pasa a nuestros jóvenes de hoy? ¿No tienen concepto de lo que es comer saludable?

Yo creo que al cine se va a ver la película y no a comer. Si uno quiere comer y ver una película mejor se queda en su casa. Aunque esa es mi opinión, mi familia no la comparte. Una vez que fuimos al cine, mi esposa salió a comprar palomitas, hotdogs, refrescos y chocolates para todos cuando ya había comenzado la película. Como es muy difícil llevar dos bandejas llenas de productos y a la vez caminar con elegancia y glamour por el oscuro pasillo del cine (estado de equilibrio inestable, dicen los físicos), mi esposa se deslizó un poco, lo que bastó para que todo volara por los aires en todas direcciones. Aunque la escena fue tremendamente chistosa, a mi no me causó gracia, y no fuimos al cine por el resto del año.

Al año siguiente, volvimos al cine. Parece ser que el tiempo transcurrido desde la última vez que fuimos, fue suficiente para que mi esposa olvidara la lección, y repitió el procedimiento de llenar dos bandejas con toda la comida y bebida que se le ocurriera. La cuestión es que pasó exactamente lo mismo, pero en lugar de salir todo disparado en diferentes direcciones, el proyectil alimenticio se dirigió directo a mi cabeza. Todavía no me convenzo de que aquello no fue adrede.

En estos momentos nos preparamos para ir de nuevo al cine. Espero que no tengamos ningún percance alimentario en esta ocasión. La película que veremos se llama 2012, y se trata sobre el fin del mundo que presumiblemente fue pronosticado por los mayas. Lo que en realidad sucede, es que el calendario maya llega hasta ese año, por lo que se supone que los mayas sabían que el mundo terminaría para esa fecha, es decir, en el solsticio de invierno del año 2012. Héctor, un alumno mío, tiene una teoría mucho más plausible. Dice que es probable que mientras el astrónomo maya hacía sus cálculos, llegó un amigo suyo a visitarlo y le dijo: “¿Para qué trabajas tanto en eso? Para ese entonces ya no vamos ni a existir, mejor vámonos al cine”. El astrónomo maya le dio la razón a su amigo y dejó el calendario hecho hasta el 2012 y se fueron juntos a parrandear. Yo creo que el argumento de mi alumno es más convincente que el de la película, pero una película con esa trama no sería un éxito de taquilla.

Bueno, hay personas que se trauman con sus visitas al médico o al odontólogo. Mi trauma es con el cine, y después de lo que le conté, estoy seguro de que usted me dará la razón.

1 comentario:

  1. Tienen razón con la frase: "Lo barato cuesta caro"
    a veces parece que necesitamos aprender las lecciones a la fuerza.
    Con respecto al 2012... creo que habrá un antes y un después de ese año, no seria la primera vez que alguien pronostica el fin del mundo, pero para eso tendremos que esperar.
    Su trauma es con el cine, luego nos contara como le fue... mi trauma es con las semanas de exámenes

    ResponderEliminar

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...