HOY PARA USTED EN SU GUSTADA SECCIÓN “VIDAS
PARALELAS”:
PROFETAS REMOLCADOS: JONÁS Y JESÚS.
Por: JOSÉ MARÍA CASTILLO HIDALGO
A
mi amigo el Coronel Yaacov Levi.
Al abrir la
puerta, aunque brumoso, el día está brillante y se respira el viento cada vez
mas tibio y salado, mas allá, el pasto insiste con ahínco en resecarse, casi no
hay pájaros y a la mayoría de las ramas no les queda mas remedio que mecerse en
silencio. Me ataca entonces el lado oscuro de mi mente y recuerdo el incidente
de mi infancia en que casi me asfixio jugando de astronauta con una bolsa de
plástico, pero por sortilegios del destino pude volver a respirar, como en
efecto, después de tantos avatares de esta mala cabeza, aún hoy salgo, veo y
respiro.
El Libro de
Jonás: Un par de páginas dedicadas a un cuento fantástico, casi infantil, que
subrepticia y magistralmente aborda un conflicto entreverado en las fibras mas
sensibles del corazón judío. Precisamente la honradez del pueblo judío en su
conjunto queda evidenciado al haberlo integrado y preservado en el canon de sus
Sagradas Escrituras y es que efectivamente su justo desmadeje supone conclusiones
duras, como en seguida entretendremos.
Básicamente
trata de un Profeta llamado Jonás a quien D-s encomienda anunciar el castigo y
destrucción inminentes a una rica e inmensa pero disoluta ciudad de gentiles.
Tal como hoy parecería a cualquier judío bien nacido, a Jonás NO le cuadró
servirle de agorero a una gentuza a la que mas bien le salía barato el
achicharramiento en ciernes. Así las cosas, Jonás opta por escapar de la misión
encomendada abordando un barco, el cual casi naufraga, desenlace que se evitó
cuando los marineros lo lanzan al mar como un apestado donde fue tragado por un
pez permaneciendo por tres días en el vientre oscuro, donde sufre una terrible
congoja que finalmente le lleva a reconocer y admitir que efectivamente
D-s es el dueño de la Salvación.
Luego de
esto, el pez lo escupe y prácticamente remolcado, se encamina a cumplir la
misión profética que unos días atrás se le había encomendado. Con cólera espeta
a los ninivitas previniéndoles que por sus pecados, en 40 días la ciudad será
destruída. Sorprendentemente su pregón resulta tan efectivo que desde el Rey
hasta las mascotas ayunaron y se arrodillaron en cenizas. Entonces el Eterno
mandó revocar la sentencia de destrucción y muerte sobre los arrepentidos
ninivitas.
De aquí en
delante las pinceladas de la narración toman sustancia y sagacidad y la
destreza de la pluma judía emerge luminosa desgranando un dilema engorroso.
Jonás resiente que el había cumplido su parte pero D-s dejó de cumplir la suya
en contra de obvios pecadores y con ello se ve convalidado y justificado en su
resistencia inicial a cumplir las órdenes, como que se imaginó que D-s
incurriría en inconsecuencias producto de algún churro sentimiento. A este
punto la historieta es bastante clara, lo que en verdad Jonás quería ver era la
ciudad fulminada con todos los idolatras dentro, preciándose por este vivo,
claro, intenso e invariable sentimiento de ser mas fiel a la Ley que el
mismísimo D-s. Realmente la solución a la situación que plantea el cuento es
que la fidelidad y apego a la Ley que hace el pueblo judío, el Todopoderoso NO
la desprecia ni mucho menos, pero esto NO podría venir en detrimento de Su
señorío absoluto sobre el Universo, es equivocado creer que las que parecen
abrogaciones, implican quebrantamiento de promesas, cuando quizás Su proceder,
como el metaforizado en el cuento de marras, implica o necesariamente debe
implicar el debido cumplimiento de promesas previas. Pero Jonás NO logra
asimilarlo y la frustración que siente es mayúscula y quiere morirse, sirviendo
al efecto, de retrato a cuerpo entero del individuo judío promedio que lleva
atravesada en el alma su fe y resiente que otros que NO la llevan ni la
llevarán, puedan obtener beneficios parecidos, semejantes o paralelos a los que
a el y a su pueblo le corresponden.
Conforme el
relato, Jonás jamás dejó de abrigar la esperanza de ver que Nínive recibiera su
merecido y para poder contemplar en todo su esplendor la destrucción, subió a
un mirador e hizo una empalizada. En la espera, viento y sol se sumaron a su
contrariedad para agobiarlo. Entonces una enredadera subió por la empalizada y
sus brotes calmaron el ígneo azote. Pero al amanecer un mísero gusano acabó con
la calabacera y otra vez el sol hirió su cabeza, y vuelve a desear la muerte resintiendo
y renegando del triste final de la simpática y excéntrica calabacera. Así pues
las cosas, Jonás habría de sentir lástima por una vil calabacera silvestre que
nadie sembró, ni abonó, ni cuidó para poder atisbar como funciona en el caso
puntual la voluntad divina: Así como a ti te da lástima la vulgar calabacera a
mi me da lástima la destrucción de una ciudad gigantesca de la que nadie se
había ocupado previamente de encarrilar a mis preceptos.
Pasemos ahora
a la contraparte de este humilde ensayo, NO sin antes mencionar de manera
totalmente sobrada pero para mayor garantía de su debida inteligencia, la
manida manía de los judíos de usar las Sagradas Escrituras como soporte
absoluto de la verdad, es decir que para discutir, redargüir y demostrar lo que
nos atañe o conviene es preciso apoyarse en uno o mas pasajes, ilustraciones,
versos o máximas de lo ya Escrito, todo a la manera de un método científico sui
generis que gira de manera ordenada, armoniosa y hasta maravillosa alrededor
del dogma fijo e inmutable que resulta de las revelaciones hechas directamente
desde lo Alto a los Profetas auténticamente reconocidos como tales desde
antaño: NO en balde sus vecinos los llamaron “el pueblo del Libro”.
Resulta que
el otro personaje objeto de este ensayo, es decir el Señor llamado Jesús de
Nazaret, en cuanto su condición pretendida de Profeta NO tenía ni podía tener
otro objetivo mas que revelar la voluntad Divina al pueblo Judío, en su caso
específico se sintió especialmente enviado a los que llamó “las ovejas
descarriadas de Israel”, los pobres, los enfermos, los oprimidos, aduciendo que
el médico es para los enfermos y sin entrar en pugna con la Ley, considera que
su verdadera sustancia es la justicia y la conmiseración, los rituales y
solemnidades de quienes las excluyen de su conducta, vienen siendo meros
hipócritas ¿Si me explico o sigo incomprendido? Consideró que había demasiado
de ese vicio en la sociedad que le tocó vivir y quiso introducir cambios,
sosteniendo que NO lo hacía por interés personal alguno.
Gradualmente
y quizás como consecuencia de las reacciones al propio discurso, va
aproximándose cada vez mas a los gentiles, llegando inclusive a contemplar la
idea de que si estos saben considerar como su yo alterno a quienes se
encuentren en situación de desgracia (empatía, prójimo al que hay que amar, el
buen samaritano) en contraposición a hipotéticos fieles judíos, como un levita
o un sacerdote pero indiferentes a la desgracia ajena, aquellos tendrían una
mejor garantía de salvación, pues ser hijos de Abraham NO basta para ser salvos
y que D_s puede levantar hijos a Abraham de las piedras, es decir que (¡oh
blasfemia!) cualquier turunca puede ser sumada al pacto si emula los actos de
Abraham, lo que NO deja de tener su lógica, ya que Abraham como suscriptor del
pacto original NO era y nunca fue, propiamente judío.
Visto
esto con ojos entrecerrados, en ello puede haber error pero NO maldad y aunque
ambas son manifestaciones de humanidad, errar es involuntario e inevitable, en
cambio la maldad es una volición perniciosa en que media falta de carácter:
Para corregir el error es preciso simplemente evidenciarlo e introducir nuevos
hábitos, pero la desarticulación de la maldad es mucho mas compleja, hay que
desmontar la estructura de engranajes ilusorios y las cargas emocionales
negativas y demás lesiones espirituales enfermizas (¿Mediante perdonar y
perdonarse?) hasta que el individuo llegue a alinear pensamiento, palabra y
actuación (integridad) y hacer que un cóctel de serotonina, dopamina y otras
hormonas inunden el sistema, todo ello llevando a un estado de benevolencia y
renacimiento del ser, a lo cual muy difícilmente se llega sin la debida
reflexión, mocos traslúcidos y amargas lágrimas incluidas.
El pregón de
Jesús tiene mucho que ver con el de Su Precursor Juan El Bautista, llamando a
la conversión y la santidad con línea de arranque en una purificación ritual,
en tal sentido NO puede considerarse su mensaje como totalmente novedoso y
extraordinario en el febril mundo religioso judío de la época, si NO fuera
porque Jesús entiende que El es el Mesías, es decir, el responsable de la
salvación de su pueblo, sobre el cual, según sus cuentas, pende una desgracia
general inminente.- Cerca del fin de sus días de alguna manera logra percatarse
que su misión en la forma que la había concebido originalmente ha sido abortada
con acuse de recibo del debido respeto a la autonomía de la voluntad de quienes
NO le aceptaron y que en el plano escaqueado sobre su cabeza le toca ser una
pieza sacrificable a los fines del juego alterno, ulterior y trascendente.- Su
Ministerio irá mas lejos en el espacio-tiempo para crear las avenidas hacia la
luz del AT NO sin cierto sesgo y garantizar el acceso al Reino a quienes NO han
pagado peaje; el tendrá que costearlo, la batuta quedará a cargo de sus hasta
entonces rústicos, mediocres y timoratos discípulos y sus variopintos sucesores
quienes habrán de trastocar, mutar y adaptar su mensaje para hacerlo potable al
idolatra empedernido, pero eso si, preservándolo suficientemente, lo cual
personalmente debo agradecérselos.- Esta frustración le provoca de inmediato
que se revuelquen las plaquetas en sus vasos y salgan en tropel a vomitar por
los poros de su frente.- Una vez consumado su Ministerio y tras tres días en el
vientre oscuro de la tierra, el cuadro se completa y los cristianos habrán de
recorrer los confines con la noticia de un Melquisedec específico para el mundo
NO judío, hasta lograr partir la Historia Universal en dos.
Entretenerse
con los detalles que dan marco a esta epopeya (NO es posible negar de manera
seria la existencia histórica del Señor Jesús): Nacer de una doncella, caminar
sobre el mar tormentoso o la multiplicación de viandas, para descalificar
todo lo dicho y hecho por este Hombre que hizo gala de gónadas superlativas, es
como investigar una violación con feminicidio empezando por la marca del
sostén.
Unos cuarenta
años después de la crucifixión (¿Recuerda el preaviso de cuarenta días en
Nínive?) el Estado Judío fue desmontado por el Imperio Romano hasta culminar en
el suicidio en masa en Masada. De nada sirve ponerse a pensar que hubiera
pasado si el pueblo Judío hubiese tenido en aquellos días un líder espiritual
que los guiara con una actitud menos rebelde o para el caso, siglos después, un
líder militar para una actitud mas bélica en contra de la bestialidad Nazi,
como sea, el Evangelio intenta convencer que todo esto estaba contemplado desde
muchísimo antes, siendo interesantes, entre otras, las evocaciones del Profeta
y fenomenal Poeta Isaías, pero lastimosamente, muchas veces, las
interpretaciones que hacemos NO ya de la Escrituras sino de la cotidianidad,
tienden a estar subyugadas a nuestros prejuicios, nudo gordiano que pocos
habrán de saber destripar.
Antes de que
siga medrando sin control este burdo remedo de ensayo, procedo al trabajo
verdaderamente analítico e intentar levantar los paralelismos que
acostumbro:
Empecemos por
preguntarnos, ¿Qué hace en el canon de la Biblia Judía o el Tanaj un libro como
el de Jonás, que igual ahora como 2500 años atrás, aquí o en la Cochinchina, de
volada nos percatamos que es un cuento con un personaje ficticio corriendo
aventuras inverosímiles en una situación hipotética, habida cuenta que los
Libros Sagrados se caracterizan por una seriedad tipo infarto al miocardio en
ayunas, todos huérfanos del sentido del chiste, la broma o la patraña para
entretener, habida cuenta también que todo el conjunto al que pertenece fue
sujeto a corrección, edición y clasificación por rabinos, eruditos e
iluminados a lo largo de los siglos?
Vayamos por
partes, y arrancando por lo mas elemental iremos escalando a lo mas complejo:
El típico
Profeta judío NO es un anacoreta consumidor de hongos mágicos que en pleno
estupor baja semidesnudo a los barrios a hacer bochinche, todo lo contrario, es
mas bien un analista serio de la realidad, conocedor de la Ley que además
carece totalmente de fe, puesto que NO es que cree las cosas, sino que recibe
instrucciones directamente de D-s y debe cumplirlas y hacerlas cumplir y de ser
necesario, como suele suceder, reprender y arrear con furia. Obvia y
normalmente, esta actitud del Profeta es producto de una conjugación
indisoluble: La devoción a D-s y el patriotismo.- Así las cosas, para
cualquier Profeta Judío que se precie de tal, su objetivo NO puede ser otro que
el Pueblo Judío o individuos judíos, pero curiosamente en Jonás la misión del
Profeta es la salvación de una población NO JUDÍA, mas, adviértase bien, esto
es solo en apariencia, es decir, en la mera virtualidad o formalidad del
cuento, en el fondo, escamoteado viaja un mensaje serio, jugoso y profético
directo al corazón Judío para beneficiarle o salvarle, de otra manera NO
tendría sentido a los regulares y consabidos fines éticos y morales bíblicos.
Así las
cosas, desde cualquier ángulo que se mire, el mensaje es bastante claro y
válido para cualquier lector comedido: Por la compasión de D-s y con la debida
gestión de su Profeta cualquier pueblo puede ser salvado o sumado a la gracia
Divina, aunque ello incomode a los piadosos judíos. Al estar esto incluido en
el canon y estar bastante claro y bien explicado, NO hay mas remedio que
tragárselo.
Pero ¿Cuál es
la parte profética del libro? Una vez mas, vemos que en lo formal, lo constituye
la aprobación de D-s al pueblo que obedece o atiende a Su Profeta.- Pero ya en
el fondo, es decir, en cuanto Libro dirigido al Pueblo Judío ¿Cuál es la
Profecía? ¿Qué Profeta Judío de la Historia de la Humanidad yendo en contra de
su propia vocación o disposición inicial de Profeta o Mesías de los Judíos
termina de Salvador de los gentiles, quienes NI siquiera lo esperaban? ¿No hay
moraleja en el cuento de Jonás? ¿Las profecías bíblicas son alucinaciones y
desvaríos? ¿Dónde está el cumplimiento inexorable de la voluntad divina
vaticinada en el Libro de Jonás?
RESPUESTA Y
CONCLUSIÓN: La agresividad del sentimiento judío en rechazar que D-s pueda
intervenir directamente por medio de su Profeta en la Salvación de un pueblo
totalmente distinto al propio, es el tema del Libro en cuestión, la respuesta
dada por escrito a tal actitud con todas las garantías de autenticidad habidas
y por haber, es que la Salvación pertenece al Altisímo y por tanto puede
concederla a discresión o como diría una gentil y agobiada ancianita, haciendo
lujo de astucia previo a obtener su milagro: “Aún los perrillos pepenan lo que
no aprovechan los hijos”. En cuanto a lo profético lo más parecido a un profeta
judío al servicio de los gentiles e idolatras en toda la Historia de la Humanidad
es el tal Señor Jesús. NO he podido encontrar otro y agradeceré sugerencias al
respecto.- Mientras tanto, al tomar esta excelente taza de café de las altas
montañas de estas profundas Honduras, te invito a reconfortarte aunque sea por
un fugaz instante, en la misericordia infinita y la fidelidad absoluta de
JAH.
Shalom!
Roatán, Mayo
03. 2020. DERECHOS RESERVADOS. JOSÉ MARÍA CASTILLO HIDALGO.
Referencias:
Jonás 1, 2, 3, 4; Mateo 15:21-28; Marcos 7:24-30; Lucas 10:29-37; Lucas 22:44;
Mateo 16:15-17 (Simon Bar Yonah); Mateo 3:9; Juan 3:7; Lucas 23:28; Mateo
10:1-7; Mateo 4:7; Mateo 3:1-3.
PROXIMAMENTE EN SU GUSTADA SECCIÓN “VIDAS
PARALELAS”:
“PARA EMPEZAR DE NUEVO ES MEJOR PARTIR: AKENATÓN Y
MOISÉS”.
HASTA PRONTO
AMIGOS.